Un error frecuente es hacer la primera revisión cuando el niño aprende a leer, alrededor de los 6 años. Para entonces, la vía visual está madura casi por completo y los casos de ambliopía ("ojo vago") tienen difícil solución o, aún peor, llegamos tarde.
Es imprescindible un primer examen de agudeza visual entre los 3 y los 4 años.
Disponemos de pantallas con dibujos que nos permiten conocer cuánto ven los niños a corta edad, aunque no sepan leer.
Aún los niños más pequeños, desde que nacen, pueden ser examinados si se sospecha algún problema.
Procuramos siempre que los métodos de examen no sean invasivos ni provoquen molestias. La tan temida dilatación de pupilas si bien puede ser incómoda no plantea complicaciones serias, y sólo recurrimos a ella cuando es absolutamente necesaria.
Además, una golosina de premio al terminar la consulta le dejará un buen recuerdo de la experiencia.